jueves, 14 de mayo de 2009

"El arriesgamiento" (La parte que nunca conté)

Acabo de ver una pelicula muy buena que recomiendo a todo el mundo.
Se llama "La Ola" ó "Die Welle" (es una película alemana).
No os contaré mucho sobre la peli para no desvelaros nada del argumento... alfin y alcabo es lo mejor de ver una pelicula buena; que todo te sorprende.
Para que os pique un poco el gusanillo y os animeis a verla os parafrasearé el eslogán: Ha nacido un nuevo régimen; creías que no se podía repetir.

La película puede hablaros a cada uno de cosas totalemente diferentes, tiene muchos sentimiento y contenido. A mi ha echo reflexionar.

Hace unos días, escuchando un disco de DUO KIE, llamó mi atención una rima a la ue no había prestado atención antes... no estoy seguro de que decía exactamente, pero era algo así como que es siempre mejor arrepentirse que nunca haber hecho nada, que saber arrepentirse es algo sabio y que darse cuenta de los errores propios es mejor que nunca haber cometido ningún error ni haberse arriesgado lo suficiente como para poder cometerlo.

Estoy deacuerdo en parte. Y solo en parte.

Me alegro de haber sido lo suficientemente valiente como para poder haber arriesgado todo lo que he arriesgado para conocerme a mi mísmo... el problema es que esto mísmo hecho sin reflexión y cuidado puede derivar en un dolor muy grande a largo y no tan largo plazo.

Es de sabios saber arrepentirse, darse cuenta de los errores propios cometidos e intentar hacer todo lo posible para cambiar de mentalidad, arreglar el error, ó hacer cualquier cosa en nuestra mano para solucionar el problema que ha generado nuestra equivocación. Es cierto que necesitamos equivocarnos para aprender, y que necesitamos equivocarnos para encontrarnos a nosotros mísmos y averiguar deveras quienes queremos ser.

Pero a veces a un error le sigue otro, y a este otro le sigue uno aún más grande, y así sucesivamente sin que eso conyeve ningún daño aparente .
No hay lugar para el arrepentimiento si se cree que se hace lo correcto...
Esto es solo una ilusión, todo nuestro pensamiento está basado en una serie de errores de los cuales no nos hemos dado cuenta aún.
A veces es bueno mirar atrás, pararse un momento enfrente del espejo y saber lo que se está haciendo y porque.

Necesitamos encontrar una razón para todo lo que hacemos, porque sin una razón, sin una causa justa propia no somos nada... y eso nos lleva solo a equivocarnos sobre quienes somos, convirtiendonos en quienes quieren que seamos... o en otras palabras, en personas que nunca hubieramos querido ser.

Yo he cometido muchos errores, quizás demasiados, y seguro que sigo cometiendo muchos errores de los que no me doy cuenta, por eso intento mirarme día a día un poco más al espejo... me miro y me hago la mísma pregunta... quien me mira desde el otro lado? Soy yo? O es en quien me he convertido?

A veces esos errores te llevan a tomar decisiones que aparentemente parecen razonables, justas, nobles... pero únicamente los son porque se basan en esos errores que aún desconocemos.
Hacen que perdamos objetividad sobre nosotros mísmos y todo lo que nos rodea, hacen que perdamos las cosas que mas queremos ... y a veces el arrepentimiento llega demasiado tarde.
Tan tarde que no hay forma de solucionarlo, solo cabe la disculpa... y eso alomejor alivia nuestro error para con los demás, pero nunca lo cura... NUNCA.

Muchas veces el daño no se puede enmendar... lo peor no es un daño echo a otra persona... esa otra persona puede o no haber aprendido a superar ese error tuyo o esa decisión equivocada.

El dolor, y el daño están echos pero contra tí mísmo.

Hoy no quiero lanzar ningún mensaje trascendental como normalmente hago, solo quiero compartir con vosotros y con quien se cruce con este texto mi sentimiento de impotencia y arrepentiemiento ante los errores que he cometido... es algo verdadermente horrible y doloroso.
He aprendido que a veces es demasiado tarde, y este es un sentimiento que no le recomiendo a nadie.

Hoy soy un poco más feliz conmigo mismo, y estoy más satisfecho de quien me empieza a mirar desde el otro lado del espejo, pero es solo parte de un largo camino que he de recorrer.
Hoy con los pocos años que tengo, ya cargo con demasiados errores, demasiados para mi edad, muchos de ellos que no se podrán corregir jamás, muchos de ellos que no tienen ni tendrán solución... y en otros muchos casos la solución escapa totalmente a m control.
Ese, seguramente, sea el peor sentimiento que alguien puede sufrir.

Hoy solo puedo dar gracias a todos aquellos que han sabido saber quien soy, que han sabido verme aunque me haya escondido bajo tantas mascaras...
Solo puedo dar gracias por los que han sabido tener paciencia conmigo, los que han sabido y saben quererme porque saben que les quiero de igual manera... los que han sabido ayudarme a solucionar mis equivocaciones.
Entiendo perfectamente a los que he perdido por el camino, y nos les culpo de nada porque fuí yo precisamente quien hizo que se fueran, que se alejaran... hoy solo lamento que no pueda hacer nada más que pedir perdón para recuperarlos.

Gracias a todos los que sabeis quien soy y quien puedo llegar a ser, y que me quereis aún así cometa errores que os hayan herido... intentaré ser esa persona para vosotros.

HACER ES MEJOR QUE NUNCA HABER HECHO, PERO SIEMPRE TIENE SUS CONSECUENCIAS; Y HAY QUE SER LO SUFICIENTEMENTE VALIENTE COMO PARA PODER Y SABER AFRONTARLAS.

lunes, 11 de mayo de 2009

Reflexiones de un hipócrita

Nuestra sociedad se mueve y se rige por un sistema de valores que determina cuan importantes son nuestras preocupaciones. El valor que le damos a determinadas situaciones y/o necesidades de nuestra vida vienen condicionados por nuestro nivel de bien estar, algo que, para nosotros primer mundistas, es lógico y natural.

Ese bien estar está a su vez claramente condicionado por el funcionamiento y la estructura base del sistema en el que vivimos. Nos movemos dentro de una normas que garantizan, a priori, nuestra supervivencia haciéndonos olvidar, como consecuencia, lo más importante de la vida: LA VIDA misma.

Vivimos dando por hecho que vivimos, el principio de nuestro egoísmo. Dejamos de darle a la vida el valor que merece y anteponemos el “yo” sobre cualquier otra cosa. Convertimos la mayor parte de nuestras experiencias negativas en problemas o preocupaciones al que le damos un valor de carácter vital aún habiendo pasado por ellas una y otra vez. Sólo importo yo, y mis problemas son los únicos que importan.

Vivimos en un mundo en el que el 80% de la población "vive" con menos de 1€ al día, en el que 24.000 personas mueren de hambre cada 24 horas y otros cientos de miles lo hacen por enfermedades, muchas de ellas curables. Y aún sabiendo esto, le damos más importancia a las palabras de un político el cual, lo último que está haciendo cuando habla, la mayoría de las veces, es pensar en ti y tu bien estar y no hablemos ya del consumismo puro y duro del cual soy y somos participes casi ya por instinto.

Nos hemos acostumbrado a vivir en el sistema del egoísmo y creemos que es lo natural y lo normal. De la misma forma, vemos normal que millones de personas mueran de hambre al año pero nos escandalizamos al ver un pezón por la televisión.

Pero, es lo normal.

Es normal que cientos de multinacionales y gobiernos exploten a los países más necesitados hasta ahogarlos en la pobreza y su consecuencia, la muerte.

Es normal vivir a costa de la muerte, así es nuestra sociedad y es algo por lo que incluso luchamos y protegemos ya que nadie quiere salir de su mundo de comodidades.

Gobiernos, economías, religiones, todas y cada una de ellas viven a costa de la muerte de millones y nos da igual, las seguimos ciegamente porque así nos han educado, como no, si nos hubieran educado a pensar en un mundo más justo estarían enseñándonos a matarlas.

La competencia es lo importante, ser más que alguien es lo importante, yo soy más importante, la VIDA no.

Pues nada, pisémonos los unos a los otros y que sea lo que… lo que… lo que yo y nadie más quiera.