lunes, 14 de septiembre de 2009

00:31

Le costaba respirar.
A veces por las mañanas sentía una angustia insoportable en el pecho y no aguantaba la idea de seguir pretendiendo que todo iba bien cuando no era así.
Quería atrasar la alarma 15 minutos; quizá pretender que no la había escuchado.

Otros días podía olvidar, pero era normalmente en fines de semana o cuando estaba de vacaciones.

Había días que no hacía nada. Simplemente paseaba por la casa, ponía ropa a lavar, cocinaba, escribía, leía, se conectaba a interenet, veía algunos episodios de su serie favorita... alomejor alguna película... quedaba con amigos.

Deshacerse de esa carga tan grande y adentrarse en los mundos de la física cuántica, en viajes a países lejanos, convertirse en un sexy idealista al que todas las mujeres aman aunque no tenga un solo pabo y viva en una furgoneta, alomejor beber y hacer alguna tontería, quizá alguna que otra que creía que nunca iba a volver a repetir.
Otros días quería despreocuparse de todo... había vivido de otra manera en el pasado... sin responsabilidades, sin preocupaciones más hayá de no acabar en la carcel o de conocer y controlar la delgada linea que existe entre la drogodependencia y el consumo casual.
Era tan fácil volver... Puede parecer extraño pero era muy bueno en ese ambiente... en ese ambiente se sentía seguro...
Muchisimo mejor que ahora.

Pero todo eso solo duraba unas horas, unos días... a medida que pasaba el tiempo el dolor era más fuerte en su interior y no podía soportarlo...

Se había repetido asi mísmo que necesitaba un cambio... y había cambiado; pero no en lo que de veras necesitaba y quería cambiar.

A veces no hay un final feliz... a veces solo queda agonizar en el suelo hasta que algo reviente, hasta que el sudor y las lágrimas sean demasiadas... a veces se necesita un milagro para darse cuenta de algunas cosas, otras veces mucho menos.